Friday, September 23, 2005

11 - Tras el Diluvio Universal, la Alianza de Dios, sin De la Rua y con José A. Pelcovich

Tema 9: Cacho, Tito, Noé y José

a - Los descendientes de Noé


El Diluvio duró 40 días, 95 tardes, 2 Ozzfest, 1 Campeonato Apertura y 172 noches de lujuria, sexo descontrolado, zoofilia (los más perjudicados en el arca fueron los conejos) y comilonas pantagruélicas (una palabra que jamás volveremos a utilizar, tanto por nuestro bien como por el de ustedes).

Además de vender arcas y fundar los estudios papirográficos "Universal Diluvio", Noé erigió (otra palabra que, prometemos solemnemente, nunca volver a usar) varios parques temáticos llamados "Diluvio Universal ¡experiencia final!", con réplicas del arca original, animatronics de los animales, shows de striptease de dobles de cuerpo de la vecinita y sus amigas fiesteras, y piletas donde las gentes podían experimentar un Diluvio Universal a escala, entre otras muchas atracciones.

Como sabemos, Noé tuvo descendencia y fue lunga. En aquellos 40 días que navegó en el arca hasta que el Diluvio Universal cesó (otro verbo que, como no nos gusta, tacharemos de nuestro vocabulario), le dió durísimo a su vecinita, a Fel y Ato, a sus hijas, a los canguros (antes que Noé les diera, no saltaban), a los bisontes, a las ranas y hasta a los elefantes (la versión extendida de "La cosa fue así" viene con imágenes troqueladas de éste y otros hechos sucedidos en el arca)

Los descendientes de las tres hijas de Noé y los 17 hijos que tuvo con su vecinita, con Fel y Ato y con sus hijas, que eran a la vez sus hijos y sus nietos y también sus sobrinos, tuvieron después del Diluvio sus propios hijos que a la vez eran bisnietos y nietos de Noé...un quilombo.

Los hijos de Sem, la mayor de las hijas de Noé, fueron Gomer Pyle, Djavan, Tuba, el músico de orquesta, y Tirás, el desperdiciador. Los hijos de Tirás fueron Lanzó, Tiró y Largó. Estos fueron los hijos de Tirás y a partir de ellos se expandieron las naciones marítimas y los territorios de bingo y lotería familiar, al sur de Byblos, la ciudad de los biblicotecarios y Danasco, la ciudad de los feos y los out.

Los hijos de Ant fueron también nietos de Noé y sus hijos y hermanos entre ellos y...me perdí, pero no importa. Se llamaron Gus Gus, Duran Duran, Tsé Tsé y Mimí. Los hijos de Gus Gus fueron muchos, tantos que no vamos a nombrarlos a todos para no aburrirlos. Algunos de ellos: Otup, Olort, Nojip, Neeuq-grad, Itsevart, Atiduhcnoc y Atepocse, el primer guerrero sobre la tierra. El fue un valiente cazador delante del Señor. Por eso se dice "Valiente cazador delante del Señor como ese, el del nombre difícil...". Babilonia, la de los jardines colgantes, Erec y Sion, (o "las ciudades duras" como suele recordárselas), todas ellas en la región de Senard, más conocida como la "región de los gimnastas de alta competición", fueron el núcleo inicial de su reino. Desde esa región salieron para Asur y edificaron Nínive y Nonove, la ciudad para los ciegos y los con problemas de cataratas, como Niágara, una de las hijas-nietas-sobrinas-primas de Noé.

Las hijas de Ica fueron también muchas, pero se destacó Jet, la rápidisima, que fue madre de los pobladores de muchos pueblos, como Lud, Anám, Lehab, Naftuj y otros pueblos con nombres imposibles de pronunciar como Jkkkfjiuy, Fghkjlñd y Rxxcgtrityzzhh.


De Fel nació Teraj, que fue padre de Sindon y de Condón, cuyas descendencias fueron los hurritas, los que todo lo festejaban. Batalla que ganaban, ahí estaban los hurritas dando las hurras. Cumpleaños que había, ahí estaban los hurritas cantando el pesaj cumpleaños. Entierro que había, se acercaban los hurritas a festejar, aunque nadie sabía qué festejaban. Al final, tanto festejar, tanto festejar, se olvidaron de reproducirse y se extinguieron sin pena ni hurra.


b - La torre de Babel

En esos días todos los hombres hablaban una misma lengua y empleaban, para comunicarse, las mismas palabras.

La cuestión es que una tarde, a eso de las 2, 2 sombras y media, estaban reunidos varios amigos jugando a tirarle piedrazos a los leprosos (una actividad muy popular en esa época) cuando Siné, futuro patrono de los videoclubistas, tuvo una idea para cambiar de entretenimiento.

- ¡Construyamos una torre de papel! - exclamó alegremente. A los amigos le encantó la idea y Baracus (más conocido como Mario, el negro) empezó a pregonarla. Pero como tenía un problema de bebeo (como el zezeo pero con b), al gritar dijo

- ¡Si, si, construyamos una torre de babel! - y todo se confundió y las gentes viajaron de todas partes a Babel a construir su propia torre (el colmo de la confusión lo sufrió Patricia Sosa, que creó La Torre, hecho por el que todavía la detestamos profundamente) y los precios de las tierras subieron y todos empezaron a construir torres a lo pavote y el primero en llegar la hizo de 2 pisos (en esos días, eso era una torre altísima) entonces los que vinieron atrás la hicieron de 3 pisos y el que le siguió de 4 y así hasta que uno hizo una torre de adobe y paja de 903 pisos y el último en llegar a Babel dijo "yo voy a construir una que llegue al cielo, qué tanto" y eso propició la aparición de especuladores y acaparadores de materiales (conocidos desde entonces como "empresarios argentinos"), los precios de los ladrillos se fueron por las nubes (literalmente, ya que uno vendía ladrillos en el piso 902 de la torre), entonces Dios se despertó con una migraña que le partía la barba por la resaca de la festichola de chocolates preparados por Cristo y su amigo el Arcángel y dijo "ah, no, estos me están arruinando el paisaje" y les mandó a Angel Ito para que los convenciera de detenerse, pero Angel Ito, pasados los efectos de los brownies, lo único que pudo decir cuando voló hasta la Tierra fue

- Hora

y como no podía creer que ya no hablaba bien, se enloqueció y empezó a gritar

- ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!. ¡¡¡Hora!!!

y las gentes, al verlo, dejaron de apilar ladrillos, no preparon más adobe ni juntaron más paja, y creyendo que aquellas palabras eran el verdadero lenguaje divino, empezaron a gritar al unísono

- ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!

y aquello enfureció a Angel Ito, que quería hacerse entender y no podía y las masas cantaban al unísino

- ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!

y Angel Ito, con los ojos inyectados en sangre, las venas del cuello inflamadas, la frente a punto de estallar y aleteando cual colibrí excitado, gritaba exasperado

- ¡¡¡¡Horaaaaaaaa!!!!. ¡¡¡¡Horaaaaaaaaa!!!!. ¡¡¡¡Horaaaa!!!!

pero las gentes más lo escuchaban y más vociferaban y le alababan al grito de

- ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!. ¡Hora!

y frustrado y dolorido Angel Ito meneaba su cabeza de lado a lado y sollozando mientras miraba al cielo repetía como un mantra

- Hora...hora...hora...hora...

y entonces las personas dejaron de construir todas las torres y abandonaron todos los proyectos y derrumbaron aquellos edificios y Angel Ito se volvió al cielo y al llegar, Dios le dijo

- ¿Y Angel Ito?. ¡Qué rápido hiciste!. ¡Tardaste menos de una hora!.

y éste lo agarró de la barba a Dios, del pelo largo a Cristo y de sus partes privadas al/a la Espíritu Santo y lanzó un grito desgarrador

- ¡¡¡Horaaaaa!!!!

y fue a deprimirse a su nube y todos se olvidaron de las torres de Babel y se dedicaron a hablar la nueva lengua que creían divina y nunca más se entendieron, por lo que, en el puesto de frutas y verduras del mercado, podía suceder lo siguiente:

- ¡Hora! - decía un cliente.
- ¿Hora? - preguntaba el puestero mientras miraba a la mujer del cliente.
- ¿Hora? - reprochaba el cliente a su esposa.
- ¡Hora!. ¡¡Hora!! - se defendía la mujer.
- Ho...Hora hora hora - repetía el cliente ofuscado.
- ¡¡¡Hora!!! - gritaba enojándose el puestero que se sentía injustamente acusado.
- ¿¿¿Hora???. ¡¡¡¡Horaaaaa!!!! - insultaba el cliente y así se armaban unas bataholas de todos contra todos al grito de

- ¡¡¡¡Hora hora hora!!!! -

y las gentes se agarraban de bananazos y batatazos al grito de

- ¡¡¡Hora!!!. ¡¡¡Ho-ho-ho-ra!!!

y se arrojaban huevos y cuando uno le pegaba un huevazo a otro, festejaba saltando y gritando

- ¡¡¡Hora!!!

y así las masacres podían comenzar por asuntos tan nimios como, por ejemplo, preguntarse la hora.


c - Los orígenes del pueblo de Dios: la época patriarcal.
José A. Pelcovich (alias "Abraham").


José A. Pelcovich fue un niño con muchos problemas que constantemente era castigado por sus padres. A la hora de la cena si se había portado mal, lo dejaban fuera de la casa y le cerraban la puerta en la cara

- ¡Hasta que no te calmes, no hay kosher! - le decían.

Pero el niño enloquecía y comenzaba a golpear la puerta al grito de

- ¡Abraaaan!. ¡Abraaaan!. ¡Abraaaan!. ¡Abraaaan!. ¡Abraaaan!. ¡Abraaaan!

y podía gritar por horas y horas y horas sin dejar de patear la puerta y golpearla con sus puños, sin respuesta alguna, ya que sus padres eran estrictos con sus castigos y el niño, a las 3, 3 y 15 de la madrugada seguía

- ¡Abraaan!. ¡Abraaan!. ¡Abraaan!. ¡Abranabranabranabran!

pero sus padres no aflojaban y entonces los vecinos, hartos del niño, se quejaban gritando

- ¡Abraaaaaaaaaaaan!. ¡Abraaaaaaaaaaaaaan que queremos dormir!. ¡Abran!. ¡Abraaaaaaaaaaaaaaaaaannnn!.

Así fue como a José lo apodaron Abraaaaan (para ahorrar aes, posteriormente los escribas inventaron la h).

A Abraaaaan siguieron castigándolo hasta la adolescencia, cuando cumplió los 72 años. Entonces, Dios se le apareció una tarde y le dijo

Deja tu tierra natal
y la casa de tu padre
y ve al país que yo te mostraré.
Yo haré de ti una gran nación
y te bendeciré,
engrandeceré tu nombre
y será una bendición.
Y si he de elegir
entre ellos y el rock
elegiré mi perdición
se que al final, tendré razón
¡y ellos no!.
¡Mi rollo es el rock!

Abraaaaan partió como el Señor se lo había ordenado y Lot, un sobrino del montón, se fue con él.

Cuando partió de Jarán ("pasarán pasarán, pero el último de Jarán"), Abraaaaan tenía 75 años (el muchacho se tomaba su tiempo para hacer las cosas). Tomó a Sarai, su esposa siamesa, a Lot, y se fue de gira. Fue a Canáan, a Betel y a Bretel, donde inventó el corpiño. Luego siguió recorriendo tabernas hasta que tuvo hambre y se fue a Egipto ("¡vamos!" le dijo a su esposa Sarai, la siamesa, "quiero ver cómo caminan de costado").

Pero en Egipto las cosas no salieron como Abraaaaan esperaba: primero, las gentes no caminaban de costado: caminaban de "perfil", pues caminar "de costado" en esas épocas, era políticamente incorrecto. Además, Sarai era un bombón y el faraón y los suyos la quisieron para si mismos. Pero Dios, que ya estaba recuperado de la resaca, saltó y lo defendió al Abraaaaan, infligiendo varios males al faraón y a su gente, como hacerlos escuchar inifinitas veces los últimos discos de Britney Spears y de David Bisbal y otros castigos inhumanos ante los cuales el faraón y flia. sucumbieron horriblemente. Más tarde, Lot dejó a Abraaaaan y empezó una carrera solista muy exitosa y entonces Dios lo vió medio caído al Abraaaaan y le dijo

Levanta los ojos
y desde el lugar donde estás
mira hacia el norte y el sur
hacie el este y el oeste
porque toda la tierra que alcances a ver
te la daré
para que construyas barrios privados
y countries
y clubes
y cementerios privados
¡y una arena para fútbol americano!

Después de pasar por varias guerras y de rescatar a Lot de una pandilla de traficantes de niños (Lot tenía 32 años), Abraaaaan encontróse con Dios y díjole

- Eh...jefe...yo pibes no tengo. Me diste todo esto ¿y a quién se lo dejo si me pasa algo?. ¿Eh?. ¿Eh?. ¡¡¿¿Eh??!!.
- Ok. Tomá - díjole Dios a Abraaaaan mientras pasábale una pastillita azul.
- ¿Y esto qué es lo qué?.
- Vos tomala tranquilo pibe. Si yo te digo que aprietes el pomo, es porque crema le queda. Ahora andá y preñala a la Sarai - sugiriole Dios.

Y Abraaaaan fue y dejóla exhausta a su mujer Sarai, la siamesa, que agradeciole a Dios por la infinita cantidad de orgasmos que Abraaaaan le había brindado.

- ¡¡¡Tantas alegrías señor!!!. ¡¡¡Estoy pletórica de felicidad!!! - exclamó Sarai.
- Pletórica te vas a poner en un ratito - dijole Abraaaaan que tomola por detrás y sometiole hasta que la pastillita dejó de hacer efecto (unos 17 días más tarde).

- Señor, ¿la dejé con el bombo a la Sarai? - preguntole una noche Abraaaaan al Creador de todas las cosas y de la pastillita milagrosa.

Dios respondióle.

- ¡Pero claro tío!. Mira al cielo y si puedes, cuenta las estrellas. Así de multitudinaria será tu descendencia -.
- Per...pero está nublado, don - contestóle Abraaaaan.
- Ah...qué macana... Bueno... seguro que algo le clavaste, no te preocupes Abri. Si no, ¿la viste a la Agar, la esclava de tu mujer?. Está bonita la petisa, ¿no?. Por si acaso... - guiñole el ojo el Señor a Abraaaaan y arrojole 7 pastillitas más, a las que Abraaaaan dióles buen uso y gracias a lo cual Sarai, la siamesa, vió el rostro de Dios tantísimas veces, aunque nunca pudo darle hijos a Abraaaaan, pero que lo pasó bomba, lo pasó bomba.


d - La Alianza de Dios con Abraaaaan.

- Acá está, firmame todo` lo` pelpa`- ordenóle Dios a Abraaaaan. Es que el que ve una vaca, las vió todas y Dios, que había aprendido de la experiencia de Caín y de DD, el jordano, no quería tener más problemas.

Así se selló la Alianza de Dios con Abraaaaan. Y éste preguntóle a Dios

- Señor, ¿cómo sabré que poseeré todas las tierras que prometiste?.

Y el Señor, infinito en su bondad y medio empastillado porque el dolor de marote no se le pasaba, hablóle

- Traeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón riviere y Dark side of the moon de Pink Floyd que acá en el cielo no lo consigo. Y haz un sacrificio para mi.

Y Abraaaaan trájole los animales, y matoles a todos ellos y cortoles el pescuezo y empapose en sus sangres al grito de "aguante Viya Dalmine", y espantó a las aves de rapiña que andaban por allí revoloteando (abogados, cobradores de impuestos y empleados municipales). Luego Dios dirijiósele y díjole

- Tienes que saber que tus descendientes emigrarán a una tierra extranjera.
- ¿Dónde? - inquiriole Abraaaaan.
- Al Once muchos de ellos. A Manhattan y también a Machu Pichu y al barrio chino en San Francisco - aclarole el Señor.
- Ok - contestole Abraaaaan. Y tomóse el último cuartito que le quedaba y fue y dióle nomás a la Agar con el beneplácito de Sarai, su esposa siamesa ("me la gastastes Abraaaaan. La mía ya no sirve más. Buscate a otra" le dijo su mujer) y "llenóle la casa de humo" a la esclava, "cargóle el acoplado", “tachole la doble” y “púsole 100 peso`al tanque”. Así, contento y feliz, se fue de farra hasta que naciera su hijo Ismael, su primogénito. Y entonces, allí, arrancaría otra historia...

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