Thursday, May 04, 2006

15 - La Pascua y la salida de Egipto

Tema 13

Mousse, Moises y Musk



Las 10 plagas fueron terribles. Pero terribles mal, o sea terribles, así, terribles, mal mal mal. Todo mal con las plagas. Fueron terribles. Mal. Terribles mal, pero terribles. Te-rri-bles. Mal.

Mal.

Mal, terribles mal las plagas.

Después de las langostas a la naranja u "Octava plaga", de las ranas en salsa filetto u y/o "Segunda plaga", del granizo y del granizado de chocolate de Laponia, u y/o e o "Séptima plaga" y del mal de la vaca Moria u o y/o e también y a o "Quinta plaga", hubo varias plagas más, muchas más de las que aparecieron en el Libro Sagrado, o el Libro Salvado como dijera Carlos Sacaan. Placas no, porque todavía no se habían inventado los rayos x.

Onceava plaga (como el Mundial `78): David Bisbal visita los pueblos en la costa del Hilo, el río de las costureras, y da un recital

Decimotercera plaga: Hillary Duff visita las pirámides de Egipto y da un recital

Vigésimo primera plaga: Julio Iglesias visita la Esfige y da un recital

Trigésimo cuarta plaga: recital de Callejeros en las tumbas del rey Nofertito. Una momia sacada por la música salvaje y descontrolada y re re re re re loca, se hace un bonzo, se prenden fuego los túneles y todo mal porque la puerta de emergencia está tapada con una loza. Se mueren todos y son descubiertos 25 siglos después por unos expedicionarios alemanes.

Quincuagésimo segunda plaga: estreno mundial de King Kong de Peter Jackson en los jardines del palacio de Cleo Cleopatra, la Reina del Nilo.

Como vemos, Dios no era muy macanudo con los que se ponían de mala onda con su pueblo.

Al final, el Faraón debió ceder y liberar al pueblo judío cuando su pueblo suyo propio de él no aguantó más. La última plaga, Rasmus instalándose en las pirámides para grabar un álbum conceptual sobre la vida de Marlene Dietrich, fue demasiado para los pobres habitantes de Ejicto.

- ¡Vayansen! - le dijo el Faraón a Moisés.
- Bueno, nos vamos, nos vamos...si me das toda tu colección de cd`s de Pearl Jam o-ri-gi-na-les. Nada de los copiados.

El Faraón fulminó a Moisés con la mirada.

- ¡Ni en pedocles!. ¿Qué si no te los doy?.
- Bueno - dijo Moisés que sacó un papiro con una lista de posibles plagas que caerían sobre el pueblo egiptiano, algunas como

- Barrionuevo Ministro de Pirámides y Cosechas de Granos
- Tinelli nuevo Ministro de Idioma
- Feudale nueva Ministra de Pigmeos y Enanos Autónomos.
- Francela Ministro de Cultura y Dibujos de Gente de Costado

- ¡Está bien! - exclamó ofuscado el Faraón. - ¡Te doy los discos y se van y no vuelven más!.

Así, el pueblo judío abandonaría más tarde Egipto al grito de

Eh o eh o eh o eh o eh

una estupidez lo que gritaban estos pibes pero bueno, que le podemos reprochar si se habían liberado del yugo egipciano. ¡Tenían derecho a festejar che!.

Antes de partir Dios díjole a Moisés

- Pibe, ahora me festejan la Pascua.
- ¿Lo qué? - preguntó Moisés que andaba medio sordo.
- ¡Que me festejen la Pascua!.
- No: karate y tai chi chuan - respondiole Moisés, el de la cunita.
- ¡Pascuaaaaa pibe!. ¡Pascua!.
- ¿Que ez lo quez ezo? - preguntó Moisés.
- Este será para ustedes el mes inicial, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad de Israel...
- ¿Pero vos estás de la barba chaboncito?. ¿Cómo querés que informe a toda la comunidad?. ¿Por mail?. ¡Si todavía no inventaste interné, tarado!.
- Eh, Moises, no te calentés con el barba - trató de calmarlo Sarita Rubinstein, que estaba ahí con Moisés, cebándole unos mates.
- Me caliento todo lo que se me canta che. Este nos deja tirados ahí con los egiptos, que nos tratan peor que Susana Gimenez al Corcho Rodriguez y ahora que nos libera, porque se le vino en gana - dice haciendo un ademán con las manos tomándose la cintura - pre-ten-de que le hagamos un festejo...pero ¡que se vaya a freir los pelos de la barba!.

En el cielo, Dios se pasa los dedos haciendo pequeños círculos por los costados de la frente.

- Paciencia Dios, paciencia - murmura.
- Hola Dios. Ah...espereme que ya...Ya volví...Mire...
- ¡Ahora no Querubín!.
- ¿Ahora no qué, si yo no dije nada todavía?. Ya vengo...Ya volví...Problemas con la patrona y los pibes y...ya vengo...¡Somos papás de nuevo!...
- No me importa.
- Mire Dios...
- A lo que vayas a decir, "no".
- Ok, pero se va a quedar con la duda y...Si...ya volví...fui a preguntarle a los muchachos y me dijeron que con esa onda no le pregunte nada. De paso la visité a la jefa, que está de 7 meses, ¡vamos a ser papás de nuevo!. Bueno, volviendo a lo nuestro, así no le voy a decir na-da - dice el Querubín moviendo la cabeza de lado a lado y haciendo "no" con el dedo índice de la mano derecha.
- Perfecto. Dejame tranquilo.

Silencio.

- ¿No quiere saber qué iba a pedirle?.
- No.
- Ay, Dios, ¿cómo no va a querer saber?.
- No quiero...¡Angel María!. ¡Traeme una aspirineta masticable que se me parte el bocho!.
- Dios...mire...
- No.
- Upa...como estamos hoy...
- No.
- Bueno...está bien...
- No.
- Que se mejore Dios
- No.
- Que se le pase el dolor de cabeza.
- No.
- Hasta luego.
- No.
- Ufa.
- No.
- Ts...
- No.
- Chaucito.
- No.



Mientras tanto, en la tierra, el pueblo judío se preparaba para salir de Egipto.

- ¡Ultimos asientos en el Expreso del Nilo, baraitos!.
- ¡Tomate baraito!.
- ¡Camello baraito!.
- ¡Tapados de bisón baraito!.
- ¿Para qué mongos alguien puede querer un tapado de bisón barato en pleno desierto, eh?. Expliquiame David.
- Eh...está baraito.
- ¡Mi mujer, puta baraita!.
- ¿A quién le decís baraita?.

Así se preparaban para viajar hacia la Tierra Prometida.

- ¡A la Tierra Prometida! - cantaba Aaron, al que siempre le encargaban todo.

- ¿Che, a quien le pido que me ayude?
- Aaron.
- Che, tengo ganas de descargar mi furia. ¿A quien le puedo pegar?
- Aaron
- Che, hoy ando medio homosexual, ¿a quién le puedo dar?
- Aaron...¿estás medio que?.
- Medio así.
- ¿Así como?.
- Así.
- No entiendo.
- Así - decía el otro sin hacer ni un gesto.
- ¿Así?.
- No, así no. Así.
- ¿Cómo "así no" si no sabés que así dije?.
- Bueno, yo estoy así, no así - seguía repitiendo sin hacer ni un solo movimiento.
- Yo estoy así también - contestaba el otro sin mover ni un músculo.
- Bueno, entonces ¿le doy a...?
- Aaron.

(se ve que en esa época todavía no conocían el gesto de "así" que hoy hacemos con la mano cuando estamos más o menos, que es casi todo el tiempo, menos cuando tomamos el Rivotril)

El pueblo judío salió entonces de Egipto.

- Eh...¿para dónde agarramo`?.
- Que se yo - dice Moisés. - Dios mucho "festejenme las Ascuas" y todo el oropel, pero ni una pista de para dónde había que encarar.
- ¡Te escuché! - se escucha desde las nubes.
- ¡Moises!. ¡Dale que los de atrás están empujando y son muchos! -grita uno en la multitud.
- Y bueno, vamos para aquel lado - dice Moises y arrancan como para el lado de París.

Pero a la altura de la 6ª palmera se pudrió todo.

- ¡Moises!. ¡Se pudrió todo!.
- ¿Qué pasó?.
- La carne, el pescado, todo podrido, mucho calor
- ¡Puta!.
- ¿Quién llamó a mi mujer?.
- Así nos quedamos sin morfi. ¿Cómo vamos a aguantar Moises, sin comidas?. ¿Como?¿Como?¿Como?¿Como?.
- ¿Qué comés?.
- ¿Y ahora que hacemos sin morfi?

Silencio.

Moises repite la pregunta, pero esta vez levanta más la voz.

- Decía...¿y ahora que hacemos sin morfi?.

Más silencio.

- Uy, éste barba que no se da por enterado. Digo ¿Y AHORA QUE CATZO HACEMOS SIN MORFI?.
- Eh...uh...ah...¡Moises!. ¿Qué hacés querido?. Disculpame...
- Uy, Diosito, ¿quién es? - le pregunta Angel Maria.
- Salí, ahora no que tengo laburo... ¿Que pasa Cuna?.
- ¡Moises!.
- Si, Moises...
- Nos quedamos sin comida.
- ¿Cómo que se quedaron sin comida?.
- No se, es que a nadie se le ocurrió traer la comida en heladeras...
- ¿Qué son las heladeras, Camita para bebés?.
- ¡Mo-i-ses?.
- ¿Mo y quién más?.
- Ay...Dios mio, si no fueras Dios...¡No tenemos para comer!. ¿Cómo querés que los lleve a todos estos - dice Moisés, señalando a sus espaldas - sin morfi?.
- Ah...ok...a ver, dejame ver...
- Dale Diosito, te estoy es-peeeee-raaaan-doooo - le gime Angel Maria.

Dios se queda como atontado mirándola.

- Uy...si...mamacita...con esa carita angelical que tenés...
- ¡Dioooooooooooooooooooooooos!.
- Ah, si, eh...pará pibe...¿Che Angel Maria, quedo algo del almuerzo?
- Pan viejo.
- Bien...¡Moises!. Ahora no puedo solucionarlo porque estoy en algo pero en un rato lo arreglamos, ¿si Mueble Que Contiene El Colchoncito Donde Duermen Los Recién Nacidos?.
- ¡Moises!. ¡Moises!. ¡Moises!.
- Ahí estás Moises, ¿para que te llamás? - pregunta Levi, el oculista.
- Ay, Dios...
- No, ahora no Moises, en un rato. ¡Angel Mariaaaaaaa!.
- ¿Y Moises?.
- Acá está - dice Levi señalando a Moises.
- No, no. No preguntábamos por Moises. Le preguntábamos a Moisés "¿Y?"
- Ah.
- No, "a" no, y.
- ¿I ó y?.
- Y.
- Entonces es ye.
- ¿Ye?. ¿Que sos, tanguero ahora, tarado?.
- ¿A quién le decís tarado?.

Si en aquel momento Moisés hubiera sabido que los siguientes 40 años iban a ser así, hubiera subido al Monte Ararat y se habría tirado de cabeza.

- ¡Basta!. Hace 3 horas que salimos de Egipto y ya tengo ganas de volver y ser esclavo.

Silencio.

- Dijo el barba que en un rato nos soluciona el tema del morfi.
- ¡Vamo` todavíiiiiia! - festejó el pueblo judío.

Eh o eh o eh o eh o eh

cantaban, un cantito que ahora si, bastante pelotudo era, para qué negarlo y encima siempre el mismo. ¿No se sabían otro?.


Esa misma tarde, en el palacio de el Rey de Esisto.

- ¡A ver si alguien me trae un daiquiri bien preparado!.
- ¿A quién llama Faraón?. Ya no hay más servicio doméstico.
- ¿¿¿Cómo???. ¿¿¿Por qué???.
- Eh...¿cómo o por qué?.
- Eh...Primero por qué.
- Porque el pueblo judío era el que hacía todas esas cosas
- ¿Qué cosas?.
- Y, el reparto de leche a domicilio, delivery de pizza, cocina, limpieza, construcción de nuevas obras, pavimentación de caminos, el correo, todo hacían ellos.
- ¿Y nuestro pueblo?.
- Se rascaba.
- Y ahora: ¿cómo se liberaron?.
- Vos los liberaste, papá.
- Ahhhhh...cierto...y...uh, no me hagas acordar, que ese Moises se llevo toda mi colección de Pearl Jam...
- ¡No Faraon!. ¡No me diga eso!.
- Si, ¿mal, no?.
- Si, mal.

Silencio.

- No, esto no puede quedar así. ¡Quiero mis cd`s de vueltaaaaa!. ¡Vamos a buscarlos!.
- ¡Si, vamos a buscarlos!.
- Ordene a todos nuestros ejércitos que salgan en persecución del pueblo israelita.
- ¡Si, que no escapen!.
- ¡Vamooooo` todo`!.

Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas. Tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, con tres hombres en cada uno.

- ¡A la carga muchachos!.

Y los egipcios partieron al grito de

Eh o eh o eh o eh o eh.

Parece que el descerebramiento era una enfermedad bastante común en esos días.

El Señor...

- ¿Qué Señor?.
- ¿Yo Señor?.
- No Señor.
- Pues entonces ¿quién lo tiene?.

...endureció el corazón de el Faraón, el rey de Egipto, y éste se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente al grito de

Eh o eh o eh o eh o eh

y los egipcianos los perseguían al grito de

Eh o eh o eh o eh o eh

y cuando festejaban algo los israelitas cantaban

Eh o eh o eh o eh o eh

y al alcanzarlos los egipcios tenían un grito de batalla que era

Eh o eh o eh o eh o eh

y alcanzaron al pueblo judío que acampaba junto al mar, cerca de Pijajirot, el pueblo de los bien dotados, que queda frente a Baal Bañó y cerca de Sifón, de donde descienden los Ivess.

Cuando el Faraón estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos (porque estaban todos mirándoselas) y, al ver que los egipcios avanzaban hacia ellos, se llenaron de pánico (y no tenían Rivotril, pobres) e invocaron a gritos al Señor...

- ¿Qué Señor?
- ¿Yo Señor?.
- No Señor
- Pues entonces, ¿quién lo tiene?

...y dijeron a Moisés:

- ¡Eh, Moisés!. ¿Qué onda con los egipcios?.
- ¡Todo mal! - gritó Moisés, que era el que más pánico tenía. - ¡¡¡¡Cooooorran por sus vidas!!!!. ¡¡¡Corran!!!. ¡Es el fin!. ¡Los egipcianos nos van a liquidar a todos!.
- Pero este tipo es un gil - empezó a decir la gente.
- Yo le decía: "Loco, quedemonos acá, que por lo menos nadie nos quiere liquidar"
- Si, si, yo le dije "Moisés, ¿dónde querés ir?. Dejame laburar en paz"
- Ya se lo decíamos "Tito, dejanos laburar, que es mejor estar vivo y ser esclavo, que ser libre y tener que soportar a Britney Spears"
- Si, si, Moisés, ¡cagate hermano!. Yo me vuelvo.

Y ahí nomás los israelitas empezaron a cantar

Eh o eh o eh o eh o eh

- ¡¡¡Vamonooooooooos!!! - gritaba Moisés pero no podía ir para ningún lado porque estaba rodeado de hermanos israelitas.

En eso llega el Faraón a la cabeza de aquel ejército al grito de

- ¡¡¡Devolveme los discos de Pearllllllllllllllll Jaaaammmm!!!

mientras sus hombres cantaban

Eh o eh o eh o eh o eh

En el Cielo.

- Hora
- ¿Qué decís Angel Ito?.
- ¡Hora hora hora!.
- No te entiendo tío.
- ¡Hora hora hora! - exclamó Angel Ito señalando hacia abajo.
- ¿Qué?.

Dios se asomó y vió lo que pasaba y dijo

- A la pipeta...me exterminan al pueblo.
- Uy, dale Dios, dejalo para después que veníamos bárbaro y... oh...
- ¡¡¡Hora hora hora!!! - grita ofuscadísimo Angel Ito.
- No, pará Angel Ito...yo te puedo explicar - empieza a justificarse Dios.
- ¡¡¡Hora!!!.
- ¡No me digas puta!.
- ¡Hora hora hora hora!.
- ¿Ah, si?. ¡Si sos impotente, tarado!. Mucha alita, mucha alita, pero de arrastrármela como corresponde, nada...
- ¡Me exterminan al pueblo!.
- ¡¡¡Hora hora hora!!!.
- ¡¡¡¡Dioooooooooooooooos!!!!. ¡¡¡Hace algo!!!.
- Dame un segundo Mueblecito de madera.
- ¡Moisés!.
- ¡¡¡Devolveme los cd`s!!!.
- Eh o eh o eh o eh o eh.
- ¡¡¡¡Hora hora hora!!!!.
- ¡Si, la tiene mucho más grande que vos!.

Dios miró hacia abajo, pero nada se le ocurría. Encima Angel Ito peleaba con Angel María y ahora se le venía una. Entonces decidió hacer aquello que ya sabemos que el Señor...

- ¿Qué Señor?.
- ¿Yo Señor?
- No Señor.
- Pues entonces ¿quién lo tiene?.
- Si lo tiene Quien, ¿por qué no se lo piden de una vez y se dejan de joder?

...hace cuando todo se complica.

- Bueno, a ver si me despejan que me voy a echar una siestita - dijo, mientras Angel Ito y Angel Maria peleaban a puño limpio, hasta que Angel Maria agarró el bastón de Dios y se lo lanzó. Pero le pifió y el bastón empezó a caer a la Tierra.

- ¡¡¡Por favor Dioooooooosss!!!. ¡¡¡No quiero morir!!! - gritaba Moisés con los brazos abiertos al cielo. En eso cayó el bastón al agua, a una velocidad tan impresionante, que el Mar Rojo de Avellaneda se abrió en dos. Las gentes, que no habían visto el bastón caer, comenzaron a gritar.

- ¡Moisés hizo un milagro!.
- ¡Moisés separó las aguas!.
- ¡Moisés nos salvó!.
- ¡Moisés abrió una ruta de escape!.
- Si: y yo pongo la casilla de peaje. Empiecen a garpar.

Moisés, cuando vió las aguas del Mar Rojo Carmesí abiertas dijo

- Esta es la mía - agarró el morral con los cd`s y empezó a correr. El pueblo, creyendo que los guiaba, comenzó a seguirlo al grito de

Eh o eh o eh o eh o eh

- Uy, loco, me tienen harto con este cantito. A ver si me sale otro...Ah e ah e ah e ah e - empezó a cantar Isban y todos se quedaron perplejos y les gustó el nuevo cántico y el pueblo entero comenzó a cantarlo mientras cruzaban el Mar Rojo

Ah e ah e ah e ah e ah

repetían mientras escapaban de los egipcianos.

Cuando llegaron del otro lado, los israelitas empezaron a hacerle señas a los egipcios.

- ¡Crucen giles!. ¡Denle, animense!
- Esta culea`os
- Vamos, a ver si se animan...a ver si tienen aguante.

Los soldados egipcios no querían cruzar. Pero el Faraón fue clarito.

- Al que no cruza para ir a recuperar mis cd`s, se la corto.

Entonces los egipcios se mandaron. Pero cuando llegaron a la mitad, las aguas los taparon y los ahogaron y los cadáveres de los soldados y de los animales flotaron en el río y todo quedó sucio y hecho una imundicia y desde entonces en Egipto hay un dicho que dice

- Mirá que río inmundo. Si parece el Riachuelo.

El pueblo judío entretanto festejaba al grito de

Ah e ah e ah e ah e ah

mientras emprendía nuevamente la marcha, creyendo que la Tierra Prometida estaba ahí a la vuelta, como yendo para el lado de Marruecos...

...pero qué equivocados estaban. El Señor...

- ¿Qué Señor?.
- ¿Yo Señor?
- No Señor.
- ¿Pues entonces...
- ¡¡¡Basta!!!. Nonosinteresaquienlotiene. Y...pero...¿qué es lo tiene?.
- Te lo digo al oído...
- Aja...ah...uh...bueno, si, sigan preguntando entonces.

...les tenía preparada otra prueba, que para qué te voy a contar...


40 años en el desierto pasaría el pueblo de Israel antes de llegar a la Tierra Prometida (un barrio privado en las afueras de Jerusalem). No te pierdas el relato de esos 40 años y un poco más en el próximo capítulo de "La cosa fue así".

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